A veces me pregunto por qué tengo el no tan fácil, si no quiero hacer algo digo no -OK eso es genial- pero también digo que no cuando me muero de ganas y me da miedo, esos miedos que me hacen levantar una muralla impenetrable, imposible de trepar; y ahí me quedo, con la ansiedad que no me deja respirar, y odiándome por dejar pasar otra vez la oportunidad de ser feliz, ser feliz quizás un rato, pero ser feliz al fin.
Ese sentimiento, y esa seguridad de "la próxima vez digo SI" dura hasta el mismo instante en que vuelvo a morir de ganas y de miedo...otra vez.
Por eso hay que hacer el esfuerzo más grande del mundo para dejar los miedos en el cajón de la mesa de luz, ponerse el disfraz de valiente y decir SI!
Por eso hay que hacer el esfuerzo más grande del mundo para dejar los miedos en el cajón de la mesa de luz, ponerse el disfraz de valiente y decir SI!